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martes, 1 de junio de 2010

Educación: responsabilidad compartida

Cómo pueden ayudar las familias
Repartir estas responsabilidades entre el padre y la madre, tanto si los niños viven con ambos padres como si lo hacen con uno solo de ellos.
Involucrar también a abuelos, hermanos mayores, etc.
Asegurarse que sus hijos lleguen a la escuela dispuestos a aprender.
Otorgar un ambiente familiar afectivo, seguro y estimulador, que apoye el aprendizaje a lo largo de la vida.
Enseñar a sus hijos y reforzar los aprendizajes escolares en la casa.
Aprender nuevas cosas sobre la paternidad y la educación, y defender de la mejor manera posible el interés de los niños.
Valorar la escuela frente a sus hijos.
Acercarse a la escuela aunque sea en forma telefónica.
Saber el nombre de la maestra, conocer a los niños del grupo.
Interesarse por los problemas de la escuela.
Participar en las actividades propuestas.

Cómo pueden ayudar los maestros y las escuelas.
Las reuniones de padres deben ser en horarios donde la mayoría de ellos puedan concurrir.
El “cuaderno viajero” (muy usado en Inicial) de mensajes podría extenderse a todos los niveles del ciclo escolar.
Las entrevistas de padres y maestros no tienen que realizarse sólo cuando se presentan problemas en la escuela.
Utilicen más el teléfono para comunicarse con los padres y así encontrar estrategias comunes para ayudar a los niños.
Expliquen a los padres las estrategias sicopedagógicas que están utilizando.
Traten de utilizar un vocabulario que los padres entiendan.
Traten de ponerse en el lugar de los padres y no juzgarlos o “rezongarlos”. Una sugerencia realizada con afecto e interés será bienvenida y surtirá mejor efecto.
Demostrar respeto y aceptación para todas las familias.
Otorgar a los padres medios accesibles y realistas para apoyar el aprendizaje en el hogar.
Ofrecer una comunidad educativa orientadora frente a las necesidades de las familias.
Valorar las familias de la comunidad frente a los alumnos.
Ofrecer una escuela acogedora y abierta a las familias.
Revista “Padres e hijos” N°6. Octubre 2004.

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